lunes, 3 de enero de 2011

Entro en la Iglesia a buscar a un Amigo (2)


Caer del Caballo (3)

Francis, un joven malasio, cuenta que un viaje a EEUU le cambió la vida. En su país ser cristiano está prohibido.

Nacido en 1968 en el seno de una familia que él define como «muy islámica», leyó el Corán entero tres veces entre los 12 y los 14 años por orden de su madre, quien era tan devota que incluso había estudiado árabe en su juventud. «Sin embargo, tenía muchas dudas y a los 16 años empecé a preguntarme por mi fe en Alá», recuerda Francis, quien entró en contacto con la religión católica cuando se marchó a estudiar a EE.UU.

Allí, donde vivía con una familia que le invitó a ir a misa en Navidad, tuvo una experiencia mística que le cambió la vida. «Mientras todo el mundo entraba en la iglesia, me quedé paralizado mirando una estatua de la Virgen, que me sonrió y movió su mano señalándome la cruz», explica con la voz temblorosa por la emoción. «Luego tuve sueños recurrentes de una mujer en un prado junto a un árbol que, como descubrí posteriormente en un vídeo, era exactamente igual al lugar donde se apareció la Virgen de Fátima», relata Francis, quien peregrinó hasta la ciudad portuguesa y, «al llegar allí, me sentí como en casa, completo y lleno de felicidad porque por fin había encontrado mi sitio en el mundo».

Fue muy sonaba la conversión de la actriz italiana Claudia Koll, quien hasta ese momento actuaba en películas de fuerte contenido erótico.

A pesar de que pertenece a una familia creyente, cinco años atrás, Claudia era “atea”. Su nacimiento fue de alto riesgo, por lo que su madre la consagró de inmediato a la Virgen del Rosario. A muy temprana edad fue confiada al cuidado de su abuelita ciega, quien se encargó de su educación. Claudia aprendió a percibir la cercanía de la Virgen y a rezarle. Pero los espejismos del mundo, el éxito, el dinero abundante y fácil la atraparon rápidamente, y la indujeron por vías que ella hoy lamenta. ¿De qué forma logró Jesús recuperar a su oveja perdida?


Hace aproximadamente cinco años, Claudia entró “por casualidad” en una iglesia de Roma, ciudad donde habita. Esta pequeña iglesia, Santa Anastasia, es la única que tiene exposición perpetua del Santísimo. Un grupo de la Renovación estaba rezando justo en ese momento. Ella decidió quedarse. Humanamente hablando daba la impresión de haber sido sacada de otro pozo, con su aspecto archimundano, junto a ese grupo tan sencillo. De repente, Claudia comenzó a llorar copiosamente: Jesús estaba realmente allí; ella lo comprendía desde lo profundo de su corazón, describirá luego esta revelación como “fulgurante”, Jesús le señalaba todo su pecado y al mismo tiempo le manifestaba el amor que El le profesaba! Cuando Claudia salió de la iglesia era otra, no era por cierto la misma que cuando entró.



A la luz de la infinita misericordia de Cristo, que se convirtió en su gran Amigo, realizó una revisión de su vida punto por punto. Canceló de inmediato sus contratos de filmación de películas que antes no la inquietaban en absoluto, pero que ahora veía eran perversas y dañaban a los hijos de Dios. ¡Basta de pornografía! ¡Basta de ser un instrumento que inyecta esas perversiones sutiles por medio de la imagen y que arrastra a millones a la hecatombe! ¡Basta de ser el juguete de Satanás! ¡Cine, televisión, shows, espectáculos de baja calaña, todo eso fue barrido de un saque! Claudia se impuso como regla filmar sólo obras que edifiquen los corazones y los acerquen a Dios. Su extremada belleza hizo que continuara filmando y su fama le sigue abriendo aún muchas puertas. Esto le permite dar testimonio. Huelga decirles que cautiva a la gente cuando habla de Jesús! Lo que le interesa ahora es comunicar la belleza interior, la belleza del alma. Acaba de lanzar su última película: la vida de san Pedro.



¡Renunció a poseer millones, a una fortuna considerable! Su dinero, lo destina íntegramente a la familia Salesiana instalada en Africa, a favor de los enfermos de SIDA y de los niños abandonados a quienes apadrina. ¡Desea ahora dar la vida, con Jesús y con María! Afirma que es la Virgen María quien la condujo a Jesús en la Eucaristía. En este año Eucarístico, esto viene de maravillas!


Claudia está totalmente abocada a la Evangelización por medio del espectáculo cinematográfico y televisivo, y tiene gran llegada entre los jóvenes, con quienes se lleva muy bien. ¿Cuál es su mensaje para ellos, luego de su experiencia de haber errado lejos de Dios?


- “Ustedes no pueden vivir sin Dios! ¡No pueden vivir sin el amor de Dios.