lunes, 20 de agosto de 2012

¡Noticia Bomba!

Según los calumniadores habituales, ahora resulta que la Iglesia tiene armas. No me extrañaría que en las cocinas de la difamación donde tanto charlatán anticatólico elabora sus bombas fétidas estén a punto de lanzar la noticia de que el ejército vaticano ha lanzado sus misiles de largo alcance sobre aldeas del tercer mundo.

                La cosa tiene su gracia y ocurrió así:

                1º. Un periódico laico italiano -¡ay, laicismo, cuántas mentiras se pronuncian en tu nombre!- se hace eco de un rumor internero y publica que la Iglesia, a través del Instituto para las Obras de Religión, o lo que es lo mismo, los que se encargan de recoger lo donativos que se recogen para los pobres, es uno de los mayores accionistas de un fabricante de armas italiano.

                2º. Enseguida, a través del copia, pega y engorda de los embusteros anticlericales, un bloguero lanza a los pocos días el siguiente bulo:

                “El Banco Vaticano es el mayor accionista de la principal fábrica de armas italianas”.

                En este escalón de la intoxicación, el Vaticano pasó de ser uno de los mayores, al mayor de los accionistas, y Beretta –el productor mencionado- pasó a subir un montón de peldaños en el escalafón, y ya no era uno de los principales, sino el número uno.

                3º. Ya tenemos armado el muñeco y sólo hay que ponerlo guapo; unos cuantos kilos de exageración por aquí, otro poco del maquillaje de tergiversación por allá, y logramos que decenas de miles de páginas se hagan eco del infundio. Hasta que un diario centroamericano lanza en su primera página.
                “El Banco Vaticano es mayor accionista de armas del mundo”.

                Para ilustrar la información, aparece un cardenal empuñando un rifle balalaika del tamaño de un bazoka mientras enfoca un objetivo imaginario.

                En resumen, el proceso fue éste:

1.       La Iglesia es el mayor accionista del fabricante de armas Beretta.

2.       Beretta es el mayor fabricante de armas del mundo.

3.       La Iglesia es el principal accionista del mayor fabricante de armas del mundo.

4.       El dinero que la Iglesia poner para fabricar, vender y hacerse rico con las armas que matan a tanta gente, sale del dinero donado a los pobres.

                Pero la realidad es menos cinematográfica de lo que le gustaría a los difamadores.

1.       Beretta no es el mayor fabricante de armas del mundo.

2.       Beretta ni siquiera es el mayor fabricante de armas de Italia.

3.       Beretta sólo fabrica pequeñas pistolas.

4.       La Iglesia no tiene acciones en Beretta.

5.       La foto del cardenal con el rifle fue tomada durante una visita del monseñor al museo de la Guerra Fría. El rifle estaba descargado y ningún pobre resultó herido. Ni siquiera ningún bloguero recibió el más pequeño rasguño.

6.       Atención usuarios de facebook y otras redes: cuidado con las fotos que cuelgues. Podrían sacarte una instantánea posando con una mandíbula de dinosario en la mano, y aparecer al día siguiente el retrato en algún periódico pogre con un pie de foto que diga: “Este el el individuo que acabó con el último Plateosaurus”.

Durante años, los mismos que pusieron en las manos de la Iglesia un rifle de asalto cargado, fueron los que repitieron una y otra vez que el Vaticano vendía preservativos. Los que hace unos meses esparcieron la calumnia de que la curia fue la que secuestró y asesino a la adolescente hija de un diplomático en una orgía de sangre y sexo. Los mismos que, hará un par de años, emitieron un reportaje en una televisión británica acusando a unos sacerdotes de abusar de jóvenes indígenas en las misiones africanas. Llegaron a entrevistar a la mujer y mostrar al hijo. El religioso fue apartado de su ministerio, fue sometido a la pena de telediario habitual durante los meses que duró la investigación hasta que, -¡ay, laicismo, cuántas mentiras se cometen en tu nombre!-, hasta que, digo, las pruebas de ADN exculparon a ese sacerdote al que nadie creyó.

        En los años 93, el cardenal estadounidense Joseph Bernardin fue llevado a juicio acusado de haber abusado de un joven seminarista. Entre otras cadenas, la  CNN –otra infame cadena anticristiana- le acosó y le acusó inmisericordemente, hasta que el propio acusado reconoció que todo era mentira y que le habían pedido que culpara al cardenal.

                Einstein dijo que es más fácil descomponer un átomo que un prejuicio. La calumnia nunca sale gratis: daña tanto al que la practica como al que la sufre, deja cicatrices que jamás se cierran y son las fuentes nauseabundas de las que brotan  las leyendas negras que enfangan el buen nombre de personas, grupos e instituciones.

                En cuanto a leyendas negras, los cristianos y la Iglesia cargamos con la culpa de casi todas las que han surgido desde que Cristo anduvo por los caminos de Galilea.
                “Si el Tíber baja muy caudaloso o el Nilo muy bajo, si el cielo permanece cerrado o la Tierra se mueve, si llegan la peste o la hambruna, el grito es ‘¡Los cristianos al león!”.

                Con estas palabras Tertuliano resumía el problema de las persecuciones anticristianas. La celebración eucarística era mostrada como un asesinato ritual; por consumir las especies sagradas se decían que los creyentes eran caníbales, se les acusaba de incesto y orgías rituales. Luego vino Nerón y quiso endosarnos el muerto del incendio de Roma, y, desde entonces y a lo largo de la historia, ya no hay matanza, epidemia o guerra que no cuente con un papa como sospechoso habitual. Durante la guerra civil española, un convento madrileño estuvo a punto de ser saqueado porque se corrió el rumor de que las monjas regalaban a los niños caramelos envenenados.
                Ya sabemos que los difamadores anticatólicos hacen carrera: cualquier falacia que publiquen en contra del Papa o del clero tiene el éxito asegurado: un becario con ganas de colgarse una medalla que lanza un infundio descabellado, una solemne bobería que es contada en tono académico, una red de distribución que propaga rápidamente la calumnia viral a través de foros y webs, un copia y pega que se extiende con la rapidez de un plaga, y un coro de embusteros solidarios que hacen la ola a cualquier patraña, y ya una nueva leyenda negra ha irrumpido en la historia, de esas que son imposibles de deshacer ni lavándolas con la verdad.

                Noticias tan grotescas como éstas no pasarían de ser un mal chiste contado por un idiota si el objeto del infundio no fuera el catolicismo y el sujeto que la propaga un vulgar cristofóbico con el talento  de un fotógrafo invidente. ¿Creen ustedes que los periódicos involucrados han rectificado? ¿Cree alguien que han pedido perdón? Primero lloverá café en el campo, y para entonces ese bulo tan primitivo seguirá alimentándose en Internet con la fuerza de una epidemia.




2 comentarios:

  1. Los mrfiod fr comuncación actuales slo tienen unobjetivo VENDER y hacer carnaza, Parece que un de las asignaturas es el juego de la cadena de la frase repetida de uno a tro de forma rapida que llega al final totalmente desvirtuada. Tsl cual las noticias que se suceden actualmente , matan a famosos enferomos antes de que les haya llegado su hora sin pudor para ser los primeros en publicar.

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  2. Como me gusta leer tus escritos,usas palabras tan sencillas para decir verdades tan grandes!!!

    Bendiciones.

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